NASDAQ invierte en apuestas deportivas

Las apuestas deportivas están encontrando un apoyo de alto nivel en el frente de las inversiones. En junio, NASDAQ lanzó su sombrero al ring al tomar una participación en las apuestas deportivas y proporcionar tecnología de vigilancia a los socios de apuestas deportivas. Al usar un modelo de intercambio, algunos analistas predicen que el mercado de las apuestas deportivas podría crecer a $ 37 mil millones en valor para 2025.

Competencia

NASDAQ no está solo. Hudson River Trading y Tower Research también están invirtiendo en el mercado de las apuestas deportivas. A medida que el mercado crezca, la competencia se intensificará entre los proveedores de liquidez, lo que generará mejores probabilidades y precios. A medida que más corredores ingresan al mercado, pueden atraer inversionistas que son fanáticos de los deportes y están interesados en oportunidades de alta recompensa.

La innovación es clave para hacer que el mercado sea transparente y seguro. Con las tecnologías emergentes, los operadores de intercambio pueden abrir la puerta para que los estados regulen la industria. Actualmente, treinta estados permiten las apuestas deportivas legales. Los funcionarios de Nueva York, California y Florida están explorando las mejores formas de lanzar apuestas deportivas en sus respectivos estados.

Las apuestas deportivas se están convirtiendo en una forma de entretenimiento aceptada por más del 60 por ciento de los consumidores. Desde la década de 1940, la mafia controló apuestas Deportivas, y los consumidores apostaron en un mercado no regulado. A medida que la evolución de Internet continúa brindando privacidad y anonimato, el mercado crece exponencialmente, dejando mayores oportunidades para plataformas de mala reputación.

Ingresos

Los estados están interviniendo para regular el mercado y recibir ingresos fiscales sustanciales. Los casinos en 40 estados generan miles de millones en ingresos fiscales y apoyan a cerca de dos millones de empleados. Los estadounidenses que apuestan ilegalmente gastan hasta $ 500 mil millones y aumentan cada año.

Si un estado obtiene el 2 por ciento o más de los ingresos anuales de los casinos, puede usar esos fondos para cubrir los déficits presupuestarios y apoyar a las escuelas, la infraestructura y otras prioridades legislativas. Se proyecta que el impacto económico infundirá el efectivo que tanto se necesita en los establecimientos minoristas y otros establecimientos comerciales.

Regulación

Para los gobiernos, el doble beneficio de recaudar fondos y proteger a los ciudadanos es atractivo. Sin límites de pérdida en algunos sitios, las nuevas regulaciones pueden proteger a los consumidores que han confiado en entornos no regulados para realizar apuestas hasta hace poco. Los mercados de juegos de azar deportivos gobernados por el estado pueden requerir que los casinos y las casas de apuestas impongan límites a las apuestas y controlen a los jugadores en busca de comportamientos riesgosos.

La tecnología puede reconocer y notificar fácilmente al establecimiento en plataformas digitales cuando un jugador muestra tendencias adictivas. Estas medidas son los primeros pasos para sacar las apuestas deportivas de las sombras y llevarlas a la corriente principal.

Emoción

Los jugadores están entusiasmados con los nuevos cambios en las leyes de juegos de azar, que afectan la accesibilidad y la legalidad de las apuestas deportivas. Por esta razón, las ligas apoyan las medidas, que seguramente aumentarán la participación de la audiencia en juegos específicos. Mientras millones de personas sintonizan competiciones deportivas populares, una gran mayoría observa el juego para determinar el resultado de una apuesta.

Casi el 50 por ciento de los estadounidenses están interesados en las apuestas deportivas. Desde fútbol hasta carreras de autos, estos concursos atraen a entusiastas de los deportes de todo el mundo. A medida que el mercado continúa creciendo, los inversionistas institucionales, los gobiernos estatales y otros actores están investigando cómo recibir una parte del pastel económico.